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MISS UNIVERSO

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El 2021 despierta de su letargo, estira los brazos, bosteza y se limpia las lagañas. Después de invernar todo el 2020, año que quedará inscrito en la historia del mundo mundial como un año desperdiciado (según los que no aprovecharon el sabático), o una coyuntura para darle un giro radical a las cosas (según los que no saben de crisis).

Ya comenzaron con sus giras y conciertos, a abrir los espacios multitudinarios de recreación lúdica como los centros comerciales, donde la gente alivia sus frustraciones yéndose de shopping, también los centros de presentaciones artísticas, la entrega de premios a lo mejor de lo que se te ocurra y venga en gana en la industria de la música, y de otras industrias y otros bussiness lucrativos disfrazados de arte y cultura, deportes profesionales, fundaciones caritativas, humanitarias, sin ánimo de ganancias y demás cuentos chinos.

Uno de ellos es el agonizante concurso de Miss Universo, que desesperadamente se renueva, muta y se vuelve interesante justo cuando está dando sus últimos respiros y patadas de ahogado, cuando ya no detiene las transmisiones televisivas del mundo y el rating del otrora concurso de belleza por antonomasia se desploma volando hacia abajo como una pluma, lenta pero inexorablemente.

La tercera mexicana Miss Universo

Fue el pasado domingo 16 de mayo en un hotel de lujo al sur de la Florida. Era la celebración del certamen de belleza Miss Universo en su edición de 2021, y la shihuahuense Alma Andrea Meza Carmona, de 26 años, ganadora de los concursos Miss Chihuahua y Mexicana Universal 2020, salía deslumbrante a la pasarela cubierta de bordados, pedrería, plumas, chaquiras, cuentas, lentejuelas y cristales enzarzados a mano.

Alma Andrea se envolvía en su jumpsuit adornado con plumaje de delirante colorido en tonalidades rosa, azul, verde, rojo, amarillo, morado, convirtiéndose en un nagual, una figura zoomórfica, parte jaguar, parte serpiente emplumada con cuernos. Caracterizada de Alebrije, ser fantástico, mítico, mágico.

Es la tercera mexicana que logra la presea máxima de la Meca de los concursos de belleza. Concurso que sigue siendo cuestionada su existencia, bajo acusaciones de cosificar a las mujeres, de reducirlas a mero objeto estético, frívolo, decorativo: La mujer bella, tonta y de aspiraciones burguesas con el que las mujeres del siglo 21 ya no se identifican.

Las otras dos Miss Universo mexicanas son Lupita Jones, quien fue la primera en 1991, y Ximena Navarrete, quien logró el título en 2010. Las dos tuvieron un reinado de belleza sin pena ni gloria, intrascendente hasta el aburrimiento. La pregunta es, pasará lo mismo con Andrea Meza, ingeniera de software quien entre sus respuestas deslizó una crítica al gobierno del Pejesidente Obrador en su manejo de la pandemia, lo que le ganó puntos.

Alma Andrea Meza Carmona tiene ahora, como muchas otras mujeres lo tuvieron (y desperdiciaron en el pasado), un escaparate, un micrófono, luces y reflectores apuntándole, para hacer y decir, para mostrar el nuevo rostro y aspiraciones de la mujer del siglo 21, del tercer milenio, de un mundo globalizado y postmoderno, en el que la mujer se ha empoderado y es protagonica. 

Ahora bien, la pregunta que ya no se hace, por irrelevante, anacrónica e invasiva de la vida personal, y porque me parece que en realidad nunca se hizo (y ahora, a estas alturas del devenir del universo universal a nadie le importa… “¿…es usted señorita, señorita?

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